Un año más se han puesto en funcionamiento los servicios de transporte para facilitar el acceso a los Lagos de Covadonga, tras restringir el paso de vehículos particulares durante la época estival. En la mañana de ayer los más madrugadores aprovecharon el billete único para disfrutar de un apacible día en este emblemático enclave situado dentro de los Picos de Europa. Apacible, porque además no había demasiado movimiento en el primer día con buses.
En este paraje, que recibe una gran afluencia de turistas a lo largo de todo el año y que ve incrementar las visitas durante los meses de verano, se puso en funcionamiento este servicio de autobuses con el objetivo de reducir los embotellamientos tanto en la zona de los Lagos como a lo largo de toda la carretera de acceso. Se contribuye además a preservar el entorno natural y reducir los gases contaminantes que emitían en la zona el elevado número de vehículos que subían cada día. La mejora registrada desde que se puso en funcionamiento este nuevo sistema ha sido más que notable, y la estampa que se ofrece es más parecida a la de un Parque Nacional de las características de los Picos de Europa, con menos coches pero acogiendo el mismo número de visitantes.
Los autobuses, que estarán en funcionamiento desde ayer, día 23 de julio, y hasta el 8 de septiembre, funcionan como lanzadera entre los cuatro aparcamientos emplazados en la ladera de la montaña y los lagos Enol y Ercina. El visitante que acceda con su coche hasta Covadonga tendrá que dejarlo estacionado en uno de los parkings, desde donde podrá coger un autobús que lo llevará directamente a la Basílica de Covadonga o hasta lo alto de los Lagos. El precio por aparcar es de dos euros, a lo que hay que sumar el billete del autobús, siete euros para los adultos. Agnese y Fabrizio, una pareja de italianos que subió en uno de los primeros autocares de la mañana, ven la iniciativa como algo bueno, pero a pesar de que conocían la situación se sorprendieron del precio. «Nos ha resultado un poco caro, siete euros por cabeza nos parece demasiado». Aunque tienen en cuenta la posibilidad de realizar tantos viajes y paradas como deseen, por lo que iban a visitar la Basílica antes de marcharse.
Las restricciones establecidas, que estarán en vigor hasta el 8 de septiembre, funcionan por horarios, siendo posible el acceso en coche antes de las 8.30 y a partir de las 20 horas. Pero la mayoría de los turistas prefieren dejar su vehículo en uno de los aparcamientos alternativos y despreocuparse de todo. Hay cuatro puntos de estacionamiento: el Repelao, que es el más cercano a Covadonga y el que primero cuelga el cartel de 'ocupado', el de Muñigo, el parking del Bosque, o el del Lleráu, a las afueras de Cangas de Onís.
El donostiarra Iñigo Garaizabal decidió subir en el autobús con sus dos hijas, Laida y Cristina, y dar un paseo alrededor de los lagos. Él, que ya había estado con anterioridad, considera una buena idea no permitir que se suban vehículos, pero le parece más incómodo. «Si hubiésemos subido con el coche comíamos aquí, pero no hemos venido preparados porque nos lo hemos dejado todo abajo». Con más entusiasmo paseaba la familia Ramos, procedente de Murcia, y quienes afirman que «nos quedaríamos a vivir aquí». Dejaron su autocaravana en el parking del Lleráu, y se disponían a bajar para comer para luego volver hasta los Lagos y «aprovechar la tarde». Consideran que las lanzaderas están muy bien, principalmente porque el acceso hasta los Lagos está bastante complicado, «mucho más si no conoces la carretera y vienes de turista parando continuamente a sacar fotos».
Según los datos de 2009, un total de 103.646 usuarios accedieron a los Lagos de Covadonga mediante las lanzaderas el pasado verano. Se prevé que este año se equiparen las cifras, porque pese a que los niveles del turismo puedan verse en un ligero descenso, el Parque Nacional de los Picos de Europa ha sido siempre un referente y uno de los principales atractivos turísticos de Asturias.
Fuente: elcomerciodigital. com
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