Los turistas miran los precios mucho más que hace dos años, se lo piensan dos veces antes de comprar, reservan a última hora y sus estancias son cada vez más cortas. Mucho bocadillo y poca carta. La crisis económica se nota. mucho. Más en restaurantes y comercios que en hoteles. Y más en establecimientos urbanos que en casas de aldea. Claro que hay excepciones. Junio y julio han sido «malos», sobre todo en el interior. Y agosto tampoco ha sido como suele, ya que el cartel de «completo» se colgó en muy pocos negocios más allá de los fines de semana. Además, los turistas han gastado mucho menos dinero, según los comerciantes y restauradores. Los supermercados sí han hecho este año su agosto: el elevado número de segundas residencias, sobre todo en la zona costera, ha generado auténticos atascos en estos establecimientos.
Llanes. Los datos de ocupación durante el mes de julio se situaron en un 70 por ciento, 5 puntos más que en el mismo mes de 2009. Según el presidente de la asociación de Fomento del Turismo de Llanes (Fomtur), José Manuel Blanco, tal como está la situación económica actual puede considerarse como «positiva» esa subida de ocupación. Sobre el mes de agosto, Blanco afirmó que a falta aún de cerrar el recuento total se anduvo entre el 95 y el 97 por ciento de ocupación a lo largo de casi todo el mes, lo que significa que «se mantienen los turistas» del año pasado. «Es buena la subida de julio y que se mantenga agosto, aunque sí está claro que bajó el consumo», explicó.
Una de las razones que pueden explicar la subida de visitantes a comienzos de la temporada veraniega es que «mucha gente mantuvo los precios y en algunos casos hasta se cobró en julio como temporada media en vez de alta», matizó Blanco. El presidente de la Asociación Llanisca de Restaurantes (Allares), Manuel Vega Pando, indicó que, «a pesar de la crisis, el sector se mantuvo en cifras similares a las del año pasado, sin muchas variaciones», pero recordó que «siempre hay casos y a unos les va mejor que a otros». Una de las cuestiones que sí se observaron estos dos últimos meses es que la afluencia a «los restaurantes bajó por las noches, que es una tendencia que se viene notando desde hace un tiempo», afirmó.
Ribadesella. El verano comenzó con reservas contadas y un bajón muy considerable respecto al año anterior. En junio las lluvias y las riadas espantaron a los muchos potenciales visitantes. Y en julio no se cumplieron, ni de lejos, las expectativas del sector turístico. Así lo confesó ayer Juan Luis Toribio, presidente de la Asociación de Turismo Rural de Ribadesella (Aritur). «En julio estuvimos con un 30 por ciento de ocupación menos que el verano pasado», se quejó. Toribio destacó que las cifras comenzaron a entonarse en agosto, aunque este verano los negocios asociados a Aritur no colgaron el cartel de «completo» y la ocupación, a falta de las últimas cuentas, «se quedó en un 85 o 90 por ciento, frente al 100 por ciento de otros veranos», subrayó Toribio.
Todo ello a pesar de que el empresariado local, consciente de la delicada situación económica, apostó por los precios competitivos y las ofertas para atraer clientela. «No todos subimos al 8 por ciento de IVA, y ese punto de más se lo acaban tragando los empresarios. Confiamos en que éste haya sido el peor verano y que el sector comience a remontar», concluyó Toribio.
Luis Pablo González, propietario del hotel Don Pepe, señaló que las reservas y la ocupación ya comenzaron a caer en el verano de 2009. Este año se repitió el «bajón». «Por suerte no fue a más. Nos quedamos como el verano pasado, en el que ya notamos un descenso», destacó González, mientras apuntó que sí ha notado que en su negocio «hubo menos consumiciones en el restaurante y la cafetería», y, «por segundo verano, lo más habitual es ver a los clientes entrar en las habitaciones con bolsas del súper». En julio el Don Pepe tuvo una ocupación del 80 por ciento y en agosto colgó el cartel de «completo» buena parte del mes.
En el sector de la restauración parece que la crisis ha hecho menos mella. En la sidrería La Guía y el restaurante La Parrilla, ambos propiedad de Manuel Trespalacio, el verano no ha salido tan mal. «Tuvimos incluso más gente que el año pasado», destacó Trespalacio. «Agosto es agosto y prácticamente estuvimos llenos todos los días». Eso sí, julio fue bastante más flojo, reconoció el empresario, quien sí ha observado que los clientes «miran más los precios que hace dos años y quizá son más comedidos a la hora de pedir».
Cangas de Onís. El mes de agosto ha sido bueno, ya que se alcanzó el 92 por ciento de ocupación, 7 puntos más que el año pasado, según desveló Jaime García, presidente de la Asociación de Empresarios de los Picos de Europa, Incatur. En Cangas el mes de julio fue similar al año anterior. Claro que los visitantes se han movido mucho por los precios y poco por el lugar en el que estaba situado el alojamiento. Este verano se ha mantenido la tendencia, ya observada desde 2009, de reservar a última hora.
El buen tiempo ha ayudado a salvar la campaña, porque apenas ha habido anulaciones. Eso sí, las estancias son cada vez más cortas, resumió el presidente de Incatur, una asociación que, con sus 380 socios, entre alojamientos, restaurantes y comercios, es la mayor de toda la comarca del Oriente. Los restaurantes son los que más acusaron la crisis en Cangas, ya que el número de cenas descendió notablemente.
Piloña. Los negocios turísticos del concejo han sentido la crisis. La ocupación cayó «mucho» en julio y se mantuvo en niveles similares a los del año pasado en agosto. Pero donde más se ha notado la crisis ha sido en los sectores de la restauración, con una importante caída del número de comensales con respecto a 2009, y del comercio, con una notable disminución del gasto por visitante.
Cabrales. Julio muy flojo, agosto salvado y septiembre lo que diga el tiempo. Es la conclusión del verano en Cabrales, donde la gran mayoría de los establecimientos hosteleros han sentido los aprietos económicos del turista. Un sondeo realizado ayer mismo por la Asociación Cabraliega de Turismo (Ascatur) entre las empresas asociadas daba cuenta de un minoritario número de alojamientos (concretamente hoteles rurales y casas de aldea) donde el balance global de ocupación mejoraba el resultado del verano pasado. En general, la media de pernoctaciones en el primer mes de veraneo no llegó al 50 por ciento en la zona más visitada del concejo, la de los Picos de Europa (Poncebos, Camarmeña, Bulnes, Tielve y Sotres) y fue ligeramente superior en el principal núcleo comercial del concejo, Arenas. En ambos casos, el mes de agosto mejoró los resultados, aunque con reservas de muy poca antelación.
En el sector de la restauración, mucho bocadillo y poca carta. Y en el mostrador de la Oficina de Información Turística de Ascatur la sensación de haber atendido un tipo de consultas infrecuentes en temporadas anteriores: este año han sido muchos los visitantes en busca de áreas recreativas y conductores de autocaravanas y furgonetas tratando de localizar estacionamientos autorizados.
Mención aparte merece, en el concejo cabraliego, el balance de algunas propuestas culturales como la cueva-exposición del queso de Arenas, donde el número de visitas se ha incrementado respecto al verano anterior. En la «Ruta del queso y la sidra», un itinerario cultural por el pueblo de Asiegu, perdieron un 15 por ciento de visitas en el mes de julio y lograron mantener, e incluso incrementar mínimamente, las de agosto en relación a 2009. Javier Niembro, copropietario del negocio y presidente en funciones de Ascatur, cree que, en general, en Cabrales han sido en restaurantes y establecimientos de comidas donde más se ha apreciado el recorte en gastos del turista.
Peñamellera Baja. En las tres casas rurales de El Jardín de la Abuela, en Buelles, se registró un mes de julio flojo, con una ocupación del 50 por ciento y el mismo calificativo para el cómputo general de la temporada.
Llanes. Los datos de ocupación durante el mes de julio se situaron en un 70 por ciento, 5 puntos más que en el mismo mes de 2009. Según el presidente de la asociación de Fomento del Turismo de Llanes (Fomtur), José Manuel Blanco, tal como está la situación económica actual puede considerarse como «positiva» esa subida de ocupación. Sobre el mes de agosto, Blanco afirmó que a falta aún de cerrar el recuento total se anduvo entre el 95 y el 97 por ciento de ocupación a lo largo de casi todo el mes, lo que significa que «se mantienen los turistas» del año pasado. «Es buena la subida de julio y que se mantenga agosto, aunque sí está claro que bajó el consumo», explicó.
Una de las razones que pueden explicar la subida de visitantes a comienzos de la temporada veraniega es que «mucha gente mantuvo los precios y en algunos casos hasta se cobró en julio como temporada media en vez de alta», matizó Blanco. El presidente de la Asociación Llanisca de Restaurantes (Allares), Manuel Vega Pando, indicó que, «a pesar de la crisis, el sector se mantuvo en cifras similares a las del año pasado, sin muchas variaciones», pero recordó que «siempre hay casos y a unos les va mejor que a otros». Una de las cuestiones que sí se observaron estos dos últimos meses es que la afluencia a «los restaurantes bajó por las noches, que es una tendencia que se viene notando desde hace un tiempo», afirmó.
Ribadesella. El verano comenzó con reservas contadas y un bajón muy considerable respecto al año anterior. En junio las lluvias y las riadas espantaron a los muchos potenciales visitantes. Y en julio no se cumplieron, ni de lejos, las expectativas del sector turístico. Así lo confesó ayer Juan Luis Toribio, presidente de la Asociación de Turismo Rural de Ribadesella (Aritur). «En julio estuvimos con un 30 por ciento de ocupación menos que el verano pasado», se quejó. Toribio destacó que las cifras comenzaron a entonarse en agosto, aunque este verano los negocios asociados a Aritur no colgaron el cartel de «completo» y la ocupación, a falta de las últimas cuentas, «se quedó en un 85 o 90 por ciento, frente al 100 por ciento de otros veranos», subrayó Toribio.
Todo ello a pesar de que el empresariado local, consciente de la delicada situación económica, apostó por los precios competitivos y las ofertas para atraer clientela. «No todos subimos al 8 por ciento de IVA, y ese punto de más se lo acaban tragando los empresarios. Confiamos en que éste haya sido el peor verano y que el sector comience a remontar», concluyó Toribio.
Luis Pablo González, propietario del hotel Don Pepe, señaló que las reservas y la ocupación ya comenzaron a caer en el verano de 2009. Este año se repitió el «bajón». «Por suerte no fue a más. Nos quedamos como el verano pasado, en el que ya notamos un descenso», destacó González, mientras apuntó que sí ha notado que en su negocio «hubo menos consumiciones en el restaurante y la cafetería», y, «por segundo verano, lo más habitual es ver a los clientes entrar en las habitaciones con bolsas del súper». En julio el Don Pepe tuvo una ocupación del 80 por ciento y en agosto colgó el cartel de «completo» buena parte del mes.
En el sector de la restauración parece que la crisis ha hecho menos mella. En la sidrería La Guía y el restaurante La Parrilla, ambos propiedad de Manuel Trespalacio, el verano no ha salido tan mal. «Tuvimos incluso más gente que el año pasado», destacó Trespalacio. «Agosto es agosto y prácticamente estuvimos llenos todos los días». Eso sí, julio fue bastante más flojo, reconoció el empresario, quien sí ha observado que los clientes «miran más los precios que hace dos años y quizá son más comedidos a la hora de pedir».
Cangas de Onís. El mes de agosto ha sido bueno, ya que se alcanzó el 92 por ciento de ocupación, 7 puntos más que el año pasado, según desveló Jaime García, presidente de la Asociación de Empresarios de los Picos de Europa, Incatur. En Cangas el mes de julio fue similar al año anterior. Claro que los visitantes se han movido mucho por los precios y poco por el lugar en el que estaba situado el alojamiento. Este verano se ha mantenido la tendencia, ya observada desde 2009, de reservar a última hora.
El buen tiempo ha ayudado a salvar la campaña, porque apenas ha habido anulaciones. Eso sí, las estancias son cada vez más cortas, resumió el presidente de Incatur, una asociación que, con sus 380 socios, entre alojamientos, restaurantes y comercios, es la mayor de toda la comarca del Oriente. Los restaurantes son los que más acusaron la crisis en Cangas, ya que el número de cenas descendió notablemente.
Piloña. Los negocios turísticos del concejo han sentido la crisis. La ocupación cayó «mucho» en julio y se mantuvo en niveles similares a los del año pasado en agosto. Pero donde más se ha notado la crisis ha sido en los sectores de la restauración, con una importante caída del número de comensales con respecto a 2009, y del comercio, con una notable disminución del gasto por visitante.
Cabrales. Julio muy flojo, agosto salvado y septiembre lo que diga el tiempo. Es la conclusión del verano en Cabrales, donde la gran mayoría de los establecimientos hosteleros han sentido los aprietos económicos del turista. Un sondeo realizado ayer mismo por la Asociación Cabraliega de Turismo (Ascatur) entre las empresas asociadas daba cuenta de un minoritario número de alojamientos (concretamente hoteles rurales y casas de aldea) donde el balance global de ocupación mejoraba el resultado del verano pasado. En general, la media de pernoctaciones en el primer mes de veraneo no llegó al 50 por ciento en la zona más visitada del concejo, la de los Picos de Europa (Poncebos, Camarmeña, Bulnes, Tielve y Sotres) y fue ligeramente superior en el principal núcleo comercial del concejo, Arenas. En ambos casos, el mes de agosto mejoró los resultados, aunque con reservas de muy poca antelación.
En el sector de la restauración, mucho bocadillo y poca carta. Y en el mostrador de la Oficina de Información Turística de Ascatur la sensación de haber atendido un tipo de consultas infrecuentes en temporadas anteriores: este año han sido muchos los visitantes en busca de áreas recreativas y conductores de autocaravanas y furgonetas tratando de localizar estacionamientos autorizados.
Mención aparte merece, en el concejo cabraliego, el balance de algunas propuestas culturales como la cueva-exposición del queso de Arenas, donde el número de visitas se ha incrementado respecto al verano anterior. En la «Ruta del queso y la sidra», un itinerario cultural por el pueblo de Asiegu, perdieron un 15 por ciento de visitas en el mes de julio y lograron mantener, e incluso incrementar mínimamente, las de agosto en relación a 2009. Javier Niembro, copropietario del negocio y presidente en funciones de Ascatur, cree que, en general, en Cabrales han sido en restaurantes y establecimientos de comidas donde más se ha apreciado el recorte en gastos del turista.
Peñamellera Baja. En las tres casas rurales de El Jardín de la Abuela, en Buelles, se registró un mes de julio flojo, con una ocupación del 50 por ciento y el mismo calificativo para el cómputo general de la temporada.
Fuente: lne. es
No hay comentarios:
Publicar un comentario