Tiene 57 años y derrocha vitalidad. Es donostiarra, trabaja en una cooperativa radicada en Astigarraga y estos meses, por culpa de la crisis, está temporalmente apartada de sus tareas, aunque en breve se reincorpora a su puesto.
«Vivo esta temporada sin trabajar, pero más ocupada que nunca: leo compulsivamente, escribo, viajo y recibo clases de Arte. El tiempo se me queda corto». ¿Puede ser un ensayo general de cara a la jubilación? «Ojalá: pienso que la jubilación es una actitud, no una edad. Y mi actitud es disfrutar de la vida al máximo: mi filosofía podría resumirse en eso de 'que me quiten lo bailao'».
Desde esa perspectiva, Cecilia Casado piensa que la idea de rerasar la edad de la jubilación «es como el truco del almendruco: el Gobierno se ve obligado a inventarse estas propuestas para calmar a los organismos internacionales pero me parece injusto pedir que siga trabajando más allá de los 65 años gente que lleva en la brecha más de cuarenta, sea en trabajos manuales o intelectuales».
Esta mujer acostumbrada a hacer números en su empresa disfruta con las letras fuera del trabajo. Escribe un seguido blog en diariovasco.com (se llama a partir de los 50) donde precisamente reflexiona sobre el paso del tiempo. «Dicen los ingleses que cuando cumples los 50 estás 'over the hill', en la colina, y a partir de ahí empieza la suave decadencia. ¡Pero bendita decadencia! Quien sólo se ha dedicado a trabajar encuentra en la jubilación un desierto, una condena para ver a Ana Rosa en la tele, hacer la compra y volver la infancia, con el deseo de que la institución de turno te resuelva cada problema. Pero si tienes otros intereses, es tiempo de disfrutar: ¡mira todos los mayores europeos que viajan por Europa con sus autocaravanas!».
Divorciada, con dos hijas que ya han «salido del nido», Cecilia Casado se opone a la «cicatería» de quienes se acercan a la edad tardía «racaneando dinero y con la obsesión de ahorrar, como si pensaran que van a vivir 150 años. ¡Gasten y disfruten!».
No hay comentarios:
Publicar un comentario