El puente de San José nos dimos una vuelta por Cantabria y Asturias. Encontramos dos "infractores del código autocaravanista" uno de ellos fotografiado y el otro "de refilón".
Ausente

La primera infracción, que no al infractor, la observamos en Arena de Cabrales, en el aparcamiento municipal. En la primera foto, desde el pueblo, se ve una vista general del aparcamiento. En la segunda foto aparece la AC con la ropa colgada, de cara al pueblo (aunque lo propio habría sido colgarla en el baño de la AC, por lo menos podrían haberla colgado oculta a la vista desde el pueblo). La tercera foto es lo mismo desde otro ángulo. No pudimos contactar con los ocupantes.
Confesa pero no arrepentida.
No fotografié al segundo AC porque al llamarle la atención sobre un vertido de grises en el propio aparcamiento que ocupaba en la playa de Liencres, su propietaria reconoció su falta al decirle que eso no se podía hacer y que debería desaguar en una rejilla preparada para tal fin. Era una capuchina, ya con algunos años, con matrícula de Suecia.
-Okey, Okey, me dijo.
Un rato mas tarde esta AC abandonaba el aparcamiento con el grifo de grises abierto, regando el pavimento. La única foto que tengo de ella es la que se ve un grupo de ACs y una separada de ellas: esa es la AC sueca.
Esta practica de la denuncia de infracciones me parece interesante desde dos puntos de vista: afea la conducta de unos y enseña lo que no se debe de hacer a los otros.
Javier Ecar
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