José es transportista y reside en Alsasua, pero se vio involuntariamente envuelto en uno de los robos de camión y mercancías más sonados de los cometidos en Álava en los últimos tiempos. Habitualmente estaciona su camión en el aparcamiento para vehículos pesados de Alsasua y el pasado 25 de abril, domingo, a las 21.25 horas, se dio cuenta de que se lo habían robado.
El suceso iniciado en la localidad navarra acabó con la desarticulación de una red especializada en el robo de camiones y acero compuesta por siete individuos que operaba entre Álava y Navarra.
Los ladrones desengancharon la cabeza tractora previamente robada y la acoplaron a un semiremolque especial de tipo bañera. "De allí se dirigieron a Jundiz, robaron la mercancía en Acerinox, la cargaron en mi vehículo y lo sobrecargaron con 65 toneladas de bobinas de acero", resume José. El contingente llevaba, de hecho, dos camiones y retiró 100 toneladas de metal de la factoría, un material que sumado al valor de las cabezas tractoras y los remolques robados se tasó globalmente en torno a los 300.000 euros.
Al subir tanto peso al convoy, las cosas fueron mal para los cacos. Primero reventó una rueda, pero el transporte aguantó. Lo malo fue que al estallar la segunda no fue posible continuar con la marcha. Abandonaron el camión y su preciada carga en un área de servicio de la AP-68 a la altura del término riojano de San Asensio y prosiguieron su camino en un segundo camión y en dos autocaravanas.
Efectivos de la Guardia Civil esperaban al grupo en Calahorra. Cuando trataron de identificar a los ocupantes de los vehículos, estos embistieron a los coches patrulla y trataron de huir, pero seis de ellos fueron detenidos. Dos consiguieron fugarse. Tal y como se comprobó posteriormente, los arrestados formaban parte de una organización perfectamente jerarquizada procedente de Europa del Este.
"En mi camión iban dos personas, porque retiraron del asiento del copiloto el chaleco reflectante y el casco de seguridad que llevaba allí", recuerda José. "Estaban perfectamente organizados, porque en Acerinox existe una seguridad y ellos no solo consiguieron abrir la puerta corredera, sino que además metieron los camiones y emplearon las carretillas de la propia fábrica para cargarlos. Cualquier ladrón no es capaz de cometer ese robo", asegura.
La CAV, menos segura
"El País vasco siempre se ha caracterizado por ser una zona segura para los transportistas que tienen que dormir en el camión, pero cada vez lo es menos. Es verdad que Madrid, Barcelona y Andalucía son muy inseguras, pero es que antes, en Euskadi, no se atacaba a los camiones y ahora, aunque poco, sí que se dan casos", desgrana el transportista.
"Antes ibas a los polígonos del País Vasco a dormir con total confianza. Y los chóferes lo comentábamos. A mí me ha tocado dormir en Jundiz en varias ocasiones, pero es que ahora las cosas están cambiando y se están poniendo peor", reconoce José. En cuanto a la elección por parte de los ladrones del polígono industrial alavés para actuar, apunta que "cada vez entran más camiones a Jundiz y de esa manera los delincuentes tienen más donde elegir". "Gracias a Dios, a los chóferes no nos atacan si no salimos de la cabina. Suelen ir sobre todo a por la mercancía", concluye.
Fuente: Notíciasdealava. com
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