jueves, 22 de julio de 2010

Bodas de Plata en el Tourmalet

Se llaman Javier Armentia y Carmen Ballesteros, son alaveses, y su hijo Iván es el masajista de Euskaltel-Euskadi. Han cumplido 25 años casados y lo celebraron en el Tourmalet, destino preferido de una afición vasca que ayer inundó los Pirineos. 


Hace cien años, casi congelado tras cruzar la cima de noche, a pie en medio de una nevada y con nieve hasta las rodillas, lo que había hecho desistir a su chófer a cuatro kilómetros de coronar el coloso de 2.115 metros, Alphonse Steinés telegrafió a su jefe, el patrón del Tour de Francia, Henri Desgrange: "Atravesado Tourmalet. Muy buena ruta. Perfectamente practicable". Lo engañó, claro. Entonces, en 1910, cuando Octave Lapize pasó primero por la ración pirenaica antes de arribar a Baiona (Peyresourde, Aspin, Tourmalet, Aubisque y Osquich), el Tour era un desconocido para la afición vasca. Hoy mueve masas. "Sí, pero menos que otros años. Se ven ikurriñas y camisetas naranjas, pero no es lo de antes. En 2003, con Mayo y Zubeldia, fue una locura. Ahora está Samuel, pero es asturiano. Quizá por eso viene menos gente", indica el bilbaino Ander Etxebarria mientras ve la etapa junto a centenares de personas en una pantalla gigante. "Ahora los Pirineos se pasan entre semana, y eso resta gente", agrega su amigo Aitor Torres, satisfecho porque Samuel Sánchez aguanta con los mejores. "Al principio se le ha visto con problemas".

"Los que montaron aquella movida en 2004 ó 2005, mejor que no vengan. Ahora venimos los que nos gusta el ciclismo. ¿Menos gente? Es posible, pero también estamos muy repartidos por los puertos", opina Akaitz Jauregi, uno de los doce zaldibiarras apostados desde el viernes en la bajada del Tourmalet. "Tenía el capricho de ver una vez un descenso. Es exagerado cómo han bajado Hushovd y Cavendish para meterse en un grupo". Esta cuadrilla visitó el Tour "por primera vez en 2001, y coincidió que fue el primer Tour de Euskaltel. El público del ciclismo no anima sólo a un equipo o a unos colores como el fútbol. Aquí se anima a todos". También a Samuel, por su puesto. "Está siendo una gran sorpresa". Aunque Adur va con Andy Schleck "ya que no está Iban Mayo", pero cree que "el Tour será para Contador".

Este grupo representa las edades de la afición: "Antes veníamos los amigos, de noche, dejábamos el coche en una esquina y así veíamos tres, cuatro o cinco etapas. Ahora venimos con tiempo, ya con hijos, y elegimos un buen sitio para que jueguen tranquilos. Y vemos una o dos etapas. Pero merece la pena".

También con sus pequeños, Eneko e Irati, están en La Mongie Jesús Valdelvira y Ruth Marcos, de Area-tza y Vitoria. El vizcaino es un "gran forofo del ciclismo", deporte que practicó hasta juveniles en el Opel Ibaigane, en el que corrió con Iban Mayo. "Desde 1977 venimos al Tour", y esperan que "el tiempo aguante hasta el jueves, porque estamos en furgoneta", mal habitáculo para unos niños: "Con la caravana se lo han pasado muy bien, pero se nota que hay crisis, porque van menos coches y echan menos cosas", calculan.
En esto coinciden los hondarribiarras Iosu Enparan y Hodei Aristizabal y los irundarras Leire Ormazabal y Xabi Vallejo: "Apenas te lanzan nada", pero "entre la caravana y los ciclistas, pasas tres o cuatro horas entretenido. Después tenemos bicicletas, cerveza y monte para hartarnos". Los cuatro llegaron al ciclismo a través del esquí. "Todos los inviernos venimos a La Mongie, y en 2009 nos animamos a ver el Tour. Nos encantó, y aquí estamos. Aunque no te guste mucho el ciclismo, si te va el monte, pasas unos días de vicio". Y eso que debieron montar las tiendas de campaña dos veces. "Acampamos cerca de la cima, pero nos dijero que ahí aterrizaría el jueves el helicóptero de Sarcozy, que parece que va a entregar los premios. No era plan de que nos cayera encima…", bromean, prestos a "animar a todos".

Sin embargo, tres navarros se fijarán especialmente en Alan Pérez. Son Tomás Pierola, Bea Uharte y César Garriz, ex campeón navarro amateur. Nada más acabar la etapa, del trío se despiden Begoña Lezaun y Mili Pierola, madre y novia del ciclista de Zurukuain, al que pretendían visitar en el hotel de Pau. "Quieras o no, te fijas a ver dónde viene Alan, pero sigues a todo el pelotón. Pasan muy rápido, pero los ciclistas agradecen el ánimo", coinciden. Van ataviados de naranja, pero "si Alan corriese en el Caisse, iríamos con ese maillot; nos vendemos al mejor postor", vacila Tomás. Precisamente, han visto más Vueltas que Tours siguiendo a su amigo y familiar, que, como el resto de Euskaltel, no está destacando en las fugas: "Al estar Samuel tan bien, tienen que estar con él; es lógico". 

De festejos "¿Queréis cava o café? 

A poco más de dos kilómetros de la cima, por la vertiente de Luz Saint Sauveur, la que bajaron ayer los ciclistas, una ikurriña y once personas con camisetas naranjas bajo una carpa bien merecen una visita: "¿Queréis cava o café?", nos saludan. Son alaveses, salvo dos murcianos camuflados, Daniel Griñán y Belén Sellés, y un donostiarra que echó raíces en Peñacerrada, Fernando Catalán: "Me secuestraron", bromea. La culpable, Olga Alonso. "Es la segunda vez que venimos al Tour, con los hijos, Odei y Ander. En 2009 fuimos al Mont Ventoux, y entonces pensamos no repetir. Pero con los amigos nos hemos animado. En grupo lo pasas muy bien".

¿Cava en los Pirineos? "Estamos celebrando nuestras Bodas de Plata", explica, ante su hijo Igor (que aprendió a andar en bici durante el Mundial de Benidorm), Carmen Ballesteros, esposa de Javier Armentia, secretario de la Federación Alavesa durante la presidencia de Iñaki Urteaga, también presente en la cuadrilla junto a Juli Audikana. En la carpa falta David Ibáñez, director de Campagnolo España, que está en La Mongie, acompañando un viaje organizado por la empresa Travel Bike del ex profesional Koldo Gil.
Javier y Carmen son los padres de Iván Armentia, masajista de Euskaltel-Euskadi, que tiene 22 años y conoció el Tour con dos. "Mejor le daría masaje a Samuel con esta brisa. Se está de cine", aprecian. A Iván lo verán el viernes, en Burdeos. Cada julio son fijos en su palco pirenaico: "Llevamos un montón de años. El Tour está muy bien organizado, salvo el tema del público. Aquí hay un gran caos. Los aparcamientos de arriba están vacíos, y a la gente la mandan para abajo". El lunes, a Javier y Carmen, los gendarmes les mandaron con la autocaravana de regreso por todo el valle hasta Lourdes para volver a subir por la otra vertiente, cuando estaban en los últimos túneles previos a La Mongie.

El resto de la cuadrilla resultan ser Iñaki Urteaga, ex presidente de la Federación Alavesa, fundador de la Vasca en la época de Jaime Ugarte y federativo de la Española con José Luis Ibáñez Arana. El alavés, que valora "la profesionalidad de Iñaki Isasi y la progresión de Arkaitz Durán", pone la puntilla: "En el Tour se vive un espectáculo y un ambiente que no tienes en ningún lado. Te juntas con gente de lo más diversa, de todas las nacionalidades, alrededor del ciclismo. Y en torno a él, organizamos las vacaciones. Aquí te olvidas de todo. ¿Qué más quieres?".

Por pedir, un naranja en el podio.

Fuente: noticiasdeguipuzkoa. com

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