martes, 3 de agosto de 2010

El verano más familiar... y mileurista

Los propietarios de cámpings no han notado un aumento de clientela. Quienes veraneaban en hoteles y ya no lo hacen por la crisis tienen gustos distintos.

La mayoría de los propietarios de los cámpings de la zona de Vigo son rotundos: la crisis les afecta, también a ellos, para mal.

Quienes iban de hotel, en contra de lo que pudiera parecer, no se han pasado a la tienda de campaña. «Cada sector tiene su clientela, se recortan los días de estancia pero los turistas respetan sus gustos: los que iban de cámping siguen haciéndolo, y los que iban a un hotel, también, siempre y cuando su economía se lo permita», apunta un empleado del cámping de Playa América. 

Según aseguran en las instalaciones de A Freixa, en Ponteareas, quienes suelen hacer turismo de acampada son mileuristas, a los que más les afecta la crisis. 

Nacho Gómez es uno de los campistas habituales que pasan en Samil unos días de verano. Afirma que así se puede viajar más con menos: «Esto lo he hecho toda la vida, no solo ahora porque la economía no vaya bien». Los campistas son campistas desde siempre. Para Nacho Gómez, no resulta incómodo dormir en un saco prácticamente al aire libre: «Lo incómodo es que cobrando 1.000 euros al mes tengas que dejarte 50 euros por noche en un hotel cualquiera».  

En cuanto a la procedencia, la mayoría son portugueses, aunque este año se ha notado un aumento de las llegadas desde Francia. Los españoles también son una clientela importante. Llegan sobre todo desde Asturias y desde zonas de Castilla y León.  

En el cámping de Baiona también son rotundos: el negocio va mal, ya que tienen muchos menos clientes porque la gente no se atreve a gastar. Y en Ponteareas también coinciden con esta idea: «Hay menos gente en todos lados, tanto en los hoteles como en los cámpings, no hay diferencia». Aunque reconocen que cuando tienen más clientes es en agosto, por lo que todavía no pueden juzgar la situación.  

Sin embargo, hay negocios en los que no se quejan, pues este año «la cosa está mejorando; durante la semana no tanto, pero los fines de semana esta está lleno». Además, este año en Cangas están completos, cosa que otros años no sucede. Pero, según la empleada del lugar, «esto no es significativo, no creo que el lleno se deba a que la gente deje de ir a un hotel, más bien es casualidad». 

Laura Gomila es una excepción, nunca ha ido de cámping y este verano lo hace porque ha bajado el presupuesto para las vacaciones. Se aloja en el campamento de Samil con Sergio Boj, que es campista habitual. Solo han estado un fin de semana, pero Laura ya anuncia que prefiere la comodidad aunque haya que pagar un poco más.  

Joan Pares también disfruta de sus vacaciones fuera de un hotel. Vino hasta Vigo en autocaravana desde Barcelona y se quedará una semana. En cuanto a las ventajas de este modo de veranear, apunta que «llevas la casa a cuestas, puedes improvisar y cambiar de destino porque siempre vas a tener donde dormir».

La mayoría de los campistas no cambian esa libertad por todas las comodidades pero, para quien no está habituado, la estancia cuesta. Por eso, tal y como dice Nacho Gómez, «la gente que no puede pagarse un hotel se queda en casa y punto».

Fuente: lavozdegalicia. es

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