La Vitoria-Eibar seguirá sin área de servicio a su paso por la provincia. El concurso público impulsado por la sociedad foral Arabat-Vías de Álava el pasado mayo no ha suscitado demasiado interés empresarial ya que no se ha recibido ninguna propuesta. Así se constató en la reunión del consejo de administración que la entidad pública celebró el pasado lunes, cuyos integrantes, a tenor de las actual coyuntura económica, abogaron por aparcar 'sine die' el proyecto ubicado en el entorno de Miñano.
Todo un jarro de agua fría tanto para los usuarios de la AP-1 como para la Diputación, ya que las arcas forales, como adelantó EL CORREO, tenían previsto ingresar un canon anual de 300.000 euros por la concesión del servicio. Además de esta cantidad, revisable en cada ejercicio en función del IPC, Arabat-Vías de Álava también iba a percibir una cantidad variable en función del combustible vendido, que en principio sería de 0,030 euros por cada litro. Todo ello, por un periodo de 35 años.
Fuentes oficiales del Departamento foral de Obras Públicas y Transportes confirmaron que el concurso ha quedado desierto y aseguraron que de momento no se llevará a cabo una nueva licitación que incluya un pliego de condiciones con mejores expectativas para las empresas.
Dos son los motivos que fundamentan este desinterés. Primero, la dura crisis económica que desde hace dos años domina el escenario internacional y segundo, el área de servicio que se levantará en terreno guipuzcoano, a escasos kilómetros de la proyectada en Álava. Aunque las obras aún no han comenzado, el concurso público y la posterior adjudicación a Repsol se produjo en 2008. Habrá dos. En sentido a Vitoria se ubicará a la altura de Uztarreta, en Eskoriatza, mientras que la estación para los vehículos que se dirijan hacia el Norte se construirá en Oxinalde (Mondragón). A diferencia del pliego elaborado por Arabat, la concesión aprobada por la sociedad foral guipuzcoana Bidegi será por un periodo de 20 años.
Crítica de los transportistas
El varapalo administrativo que acaba de sufrir Álava fue lamentado ayer por los transportistas, que demandan desde hace un año -desde que entró en servicio la AP-1- unos servicios de estas características. «Si ya el precio del peaje es carísimo, la falta de un área de descanso o una gasolinera no hace más que ratificar nuestra apuesta por la N-1», explicaron varios profesionales consultados por este periódico. No hay que olvidar que un conductor que salga de Vitoria y tome la autopista no tiene ninguna zona de descanso (además de aseos o gasolineras) hasta la AP-8, ya pasado Eibar, en el municipio de Deba. 55 kilómetros después de comenzar el viaje.
El mal menor, al menos para los usuarios, será la construcción de las estaciones de servicio que habilitarán en terreno guipuzcoano -territorio que sí recaudará el dinero previsto-. En líneas generales, tendrá las mismas prestaciones que la proyectada en Álava. A saber: una estación de suministro de carburantes con tienda de accesorios de automóvil y oficina, una cafetería con supermercado, servicios públicos (aseos o internet), información turística o una zona exclusiva de vaciado de depósitos de las autocaravanas. Además de tener que estar abierta las 24 horas los 365 días del año, también se habilitará una zona especial de aparcamiento de camiones. No hay que olvidar que la ideada para Miñano iba a tener una capacidad de unos 40 trailers.
Fuente: elcorreo. com
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