lunes, 8 de noviembre de 2010

Viajero de carácter improvisador y motero empedernido, Javier Hoyos, director de Carrusel Deportivo, todavía tiene una ruta pendiente: América de punta a punta sobre dos ruedas

Javier Hoyos ha recorrido medio mundo. Por placer, por trabajo, durante un tiempo incluso como empotrado con el lehendakari, cuando estaba al frente de los informativos de la Ser en el País Vasco. Maneja el globo de memoria, salta de Split a Trieste, la Patagonia, Múnich, Jaizkibel o Potes. Al fondo, sus dos grandes rincones: Cantabria y el País Vasco.



El tío del cartel

Esto es una entrevista de viajes pero se cuelan anécdotas de lo que supone estar al frente del Carrusel Deportivo. "Iba en el metro y vi a un tío raro, con una revista demasiado ajada, que se veía que no era para leer. Efectivamente, estaba compinchado con una mujer y le acabaron robando la cartera a una chica italiana. Lo señalé y los agarró un vigilante. Y al llegar a la parada, lo primero que ven los tres al abrirse la puerta en mi cara, en un cartel del suelo al techo: Javier Hoyos, Carrusel Deportivo... "Calcula, algo pesimista, unos dos o tres meses, porque sabe que lo tiene complicado. "Mi gran sueño es recorrer América, de Norte a Sur, en moto". Ahora, además de con una familia numerosa (tiene mujer y cuatro hijos), tiene que lidiar con la dirección del programa más escuchado de la radio española. Para la familia reserva una ruta por Escandinavia en autocaravana. "Me encanta todo lo que tenga motor, hasta las aspiradoras".

Viajero con (pocos) escrúpulos

Sin manías aparentes, sí confiesa ser "un poco escrupuloso, por ejemplo con la comida", al pensarlo un poco. Una estricta dieta a base de galletas de chocolate cuando recorrió la India así lo atestigua. De lo que pasa olímpicamente es de la cámara de fotos. Ni siquiera la del iPhone. "Me gusta tenerlo todo en el coco, esa es la satisfacción personal".

Porque si algo le funciona a este amante de los viajes, es la memoria. Es capaz de relatar con detalle el viaje de su vida, 21 años después: "cuatro amigos en un Opel Azcona desde Bilbao al Telón de Acero", dando antes muchos tumbos: Lyon, Ginebra, Múnich, Berlín, ocho horas de espera en la frontera austrohúngara y por fin al otro lado. "Recorrimos la antigua Yugoslavia, pasando por Mostar, Split, los 16 Lagos de Plitvic, Dubrovnik...". Tampoco se olvida del regreso: "de Trieste a Bilbao de un tirón con el dinero justo para la gasolina".

Un comité de expertos y algo de improvisación

Sobre el terreno le gusta improvisar, "probar hacia donde lleva una ruta, tener cierta libertad". La preparación también es cosa suya, aunque nunca se olvida de consultar a su comité de sabios particular: "gente que sabe mucho más que yo de viajes, como José Luis Angulo, Ángel Colina, José Antonio Ponseti, Chema Rodríguez, Jon Bispe, Carlos Barrabés...". En definitiva, el equipo neurálgico de SER Aventureros, programa al que Javi lleva ligado hace ya muchos años".

La España interior que conoce gracias a la moto -"Tarragona , el Priorat, que es mucho más que vinos, todas las rutas posibles entre Cambrils y Bilbao "; el continente americano -"ningún país me ha defraudado"- y especialmente Ecuador y la ruta volcánica en torno al Cotopaxi (siempre en moto, claro); o la inacabable oferta de su querida Cantabria -"Tudanca, la subida del Saja, el entorno de Potes y Liébana, la ruta romana de Santander a Reinosa...", completan su paleta de recomendaciones.

A lo que llega mayor, confiesa, es al mar; "me encantaría enrolarme en un velero". Y se lanza a homenajear la figura de Jose Luis de Ugarte, primer español que dio la vuelta al mundo sin escalas ni apoyo técnico a los 65 años. Para Javi Hoyos, de momento, la única brisa que sopla es la de la terraza de Radio Madrid, pero cuando recuerda (en alto) que su mujer todavía le debe una ruta en moto, su mente vuelve a la Panamericana y a la Patagonia.

Fuente: elpais. com

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