domingo, 10 de enero de 2010

Hace ya aproximadamente cien días que fue fundada la CIAC


Hace ya aproximadamente cien días que fue fundada la CIAC y desde el exterior no se conoce aún quienes son sus dirigentes ni cuantos socios tiene. En este período de tiempo se comenta con sorna que son más numerosos los expulsados, evadidos y rechazados que los socios de pleno derecho.

Esta Entidad tiene en su breve historial un parto complejo y el colectivo que la alumbrado un puerperio largo, confuso y tortuoso, en el que no menos de una docena de autocaravanistas se sienten lesionados en sus intereses. Probablemente en este momento más que socios.

La Entidad fue gestada como una alternativa al sistema “piramidal” de asociaciones por un grupo de autocaravanistas disconformes con el funcionamiento de las asociaciones existentes. Por los documentos que se van revelando la idea inicial fue derivando, como no podía ser de otra forma, en un sistema convencional de registro, “por imperativo de la Ley”.

Sin embargo, el historial de alguno de los que han intervenido en la gestación y parto, en especial don Raúl Campos auguraba un período bronco de intrigas y manipulaciones con el objetivo de hacerse con las manijas del control de la Asociación.

Este autocaravanista ha dejado documentado en su paso por el mundillo la ambición de ser el representante de los usuarios ante la Administración, en especial la DGT. Una ambición digna de ser apoyada si fuese acompañada de la ausencia de intrigas, manipulaciones, mentiras y calumnias con las que habitualmente trata de conseguir sus objetivos.

Para el que tenga dudas de cómo actúa don Raúl Campos, dispongo de una amplia documentación de sus intervenciones, únicamente en el ámbito del autocaravanismo, en el foro interno de la PACA y de sus intervenciones en el foro de ACenLibertad además de una serie de testigos y damnificados que estarán encantados de aportar sus experiencias.

Sin embargo, ante el colectivo, este autocaravanista no ha conseguido ninguno de sus objetivos, su Asociación está en la UVI pediátrica, con falta de peso y deshidratada, se fue cinco minutos antes de que le echaran de una de las Asociaciones más importantes del colectivo, dejando detrás “amistades” profundas y sólidas y en este momento las batallas que ha iniciado y ha librado han dejado al descubierto su nula e inadecuada capacidad para representar a intereses serios.

En este momento don Raúl Campos ha perdido toda la credibilidad para representar a un número significativo de autocaravanistas entre el colectivo y esta hazaña la ha culminado con la inestimable ayuda de quienes le rodean inmediatamente, en esta última desventura.

Desde el exterior, en relación a la CIAC, es necesario respetar los objetivos que como Entidad representa. Sin embargo, como usuario a quien sus intervenciones puede afectar es lícita la crítica de situaciones comprobadas y la primera es la nula actitud democrática de sus dirigentes, su falta de transparencia y su actitud beligerante, rayana en la violencia que exhiben ante cualquier crítica.

Una actitud que los voceros oficiales que se turnan en el foro de ACpasion transforman en demagogia y sus intervenciones las transmiten a sus compañeros en su foro interno “el bunker”  como batallas libradas, saldadas con victorias que solo están en su imaginación para compensar su fracaso real.

Es curioso como entre sus miembros más destacados han quedado una selección natural de las personalidades más peculiares, con más aristas personales, de todas las que se mueven por este mundo virtual. Destacan su Jefe de Relaciones Públicas, don Anastasio, la portera del Bunker, doña Ángeles y el experto legal y mediador oficial con el Poder, don Antonio.

Arsenio

1 comentario:

  1. Excelente análisis de la situación y de los personajes. Lo único positivo de todo esto es que ahora ya tenemos perfectamente ubicado uno de los sitios donde se concentran los ejemplos de comportamientos que jamás deberán seguirse por el bien del autocaravanismo y por extensión por el bien de la ética en general.
    Son pocos pero todavía quedan algunas personas de buena fe que siguen ahí, no se si por miedo, ceguera, o porque todavía albergan la infantil esperanza de que aun podrá hacerse algo bueno si permanecen en el interior. Yo creo que la única esperanza que les queda es que se les caiga la venda de los ojos o que algún buen día reaccionen y den un puñetazo democrático en la mesa extirpando el cancer antes de que llegue a la metástasis.

    Delgadonas

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