Un autocaravanista mostoleño descansaba hace dos semanas en el área reservada del barrio vitoriano de Lakua-Arriaga cuando apareció una familia con sus
roulottes. Estacionó, primera infracción por ser vehículos no autorizados, y sacó una piscina hinchable en la zona de carga y descarga de aguas fecales, segunda violación de la normativa.
El turista llamó al 092 y los policías que acudieron se marcharon tras intercambiar unas frases. Sin represalias, como viene siendo habitual desde que la capital alavesa estrenó este estacionamiento gratuito hace cuatro años. La diferencia es que, por fin, los turistas de la carretera han alzado la voz contra las acampadas y la invasión de furgonetas y remolques: exigen "vigilancia policial" para acabar con los abusos.
Con esa petición se suman a las quejas lanzadas desde hace más de un año por los vecinos del barrio, que siempre han mostrado su preocupación por que Arriaga pueda convertirse en un asentamiento sin control. Aunque el área reservada en el aparcamiento de Julián Arrese sólo permite el estacionamiento de autocaravanas un máximo de 72 horas, con acceso a agua potable y depósitos para los desagües de los wáteres, la "pasividad municipal" ha traído consigo continuas infracciones en el área reservada y la presencia durante largos periodos de tiempo de grandes vehículos en los alrededores. Y eso que la propia normativa municipal impide que los coches estén un mismo sitio más de una semana.
Lorenzo Ruiz, el presidente de la Plataforma de Autocaravanas Autónoma, un colectivo con implantación a nivel nacional y promotor del parking de Lakua-Arriaga, tiene claro que el Ayuntamiento de Vitoria "debe reaccionar". A su juicio, ha llegado la hora de implantar vigilancia en la zona y controlar los accesos si fuera preciso. Incluso vería con buenos ojos la opción de establecer una tasa por estacionamiento, como ya existe en otras áreas reservadas del Estado, siempre y cuando fuera razonable. "Lo que está claro es que, si sigue así la situación, al final se tendrá que cerrar el parking y Vitoria habrá perdido una gran oportunidad". Del mismo modo, opina el club vasco Sorbeltz, que pretende ponerse en contacto con la Policía Local para denunciar los abusos. Y como ellos, decenas de aficionados a este tipo de turismo que han mostrado su enfado por las conductas incívicas y la repercusión en los buenos autocaravanistas a través de Internet.
Fuente: noticiasdealava. com
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