Heráclito decía que uno no puede bañarse dos veces en el mismo río porque todo fluye. Parménides estaba seguro de lo contrario, de que uno puede darse un chapuzón en el mismo río todas las veces que quiera, porque un río siempre es un río por mucho que corra el agua. Ninguno habló del agua del mar.
Lo hace ahora, 2.500 años más tarde, Alexandra Panayotou. Paisana de ambos filósofos, la atleta griega quiere mezclar el agua del Cantábrico con la del Mediterráneo, a ver qué pasa. Para ello, ayer llenó una botella en la playa de La Concha y esta madrugada ha partido a pie camino de Girona, a donde espera llegar el domingo 12. Planea verter el agua en la bahía de Cadaqués. La travesía a pie de los Pirineos es una ruta bien conocida por los montañeros vascos.
A las cinco de la mañana de hoy, la fondista griega ha partido desde la playa donostiarra. Su recorrido, que denomina Ultra Pyrene, consta de mil kilómetros durante 12 días consecutivos a favor del deporte adaptado. Panayotou dice que es «una metáfora de unión de dos mares, el Cantábrico y el Mediterráneo», que simboliza con la botella de agua que recogió ayer en Donostia. La primera jornada tiene como meta Elizondo.
Los puntos de salida y llegada de las demás etapas son los siguientes: Elizondo-Ochagavía-Jaca-Ainsa-Pont de Suert-Sort-Andorra la Vella-Planoles- Sant Joan Les Fonts-Figueres-Cadaqués-Girona.
«Retos y valores»
La atleta se refirió a la dureza de la prueba tanto por volúmenes diarios y desniveles, ya que deberá atravesar los pirineos en etapas que pueden alcanzar las 16 horas. Destacó también que es un reto solitario y solidario, ya que en la autocaravana que la acompañará se pondrán a la venta camisetas y lo recaudado se destinará a ASEM Catalunya (asociación de personas afectadas por patologías neuromusculares) con la que ya ha colaborado en otras ocasiones.
Alexandra Panayotou comenzó a correr maratones con 30 años. Desde hace un tiempo se ha especializado en el ultrafondo, diseñando sus propios retos. «El éxito para mí no es sólo conseguir buenos resultados, el éxito es dar sentido a cada uno de los pasos que doy, por eso suelo asociar mis retos a las causas y valores en los que creo. Hacer kilómetros es una actitud hacia la vida, una llamada a seguir y no rendirse. Amo la naturaleza y respeto mi cuerpo. Mi cuerpo responde bien a los retos, pero también lo escucho y lo cuido».
Además de ultrafondista, Panayotou ha realizado estudios de psicología y filosofía e imparte charlas motivacionales a grupos. En menos de dos semanas comprobará cómo encaja el agua del Cantábrico en el Mediterráneo. Su travesía de los dos mares ha comenzado con las mejores intenciones.
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