sábado, 9 de octubre de 2010

Naturaleza salvaje Islandia. Esta isla en medio del Atlántico ofrece paisajes espectaculares con cascadas, géiseres, fiordos, glaciares, montañas, volcanes, playas...

Sabía que Islandia escondía uno de los paisajes naturales más espectaculares. Lo sabía y tenía desde hace años ganas de viajar a aquél país que en sí mismo representa ya un mundo, por su variedad de contrastes que ofrece a cada paso que das.

Lo sabía. Pero cuando estás allí y lo ves, no te deja de sorprender y en absoluto me defraudó. Todo lo contrario. Aquello es un mundo aparte. En un paraíso en la tierra.
 
Conozco muchos lugares del planeta que pueden resultar ser un paraíso. Se lo aseguro, Islandia es uno de ellos. Su perímetro no llega a rozar el emblemático y llamativo Círculo Polar Ártico, pero sí la pequeña isla de Grímsey en el norte y que junto al archipiélago Vestmannaeyjar, componen una treintena de islas cuyo patrimonio es de Islandia. Este país se encuentra en medio del océano Atlántico, perteneciendo al continente Europeo; no así su vecina Groenlandia que corresponde al continente americano. En el transcurso de la lenta separación de continentes americano y europeo, Islandia surgió hace 4.500 años del magma expulsado a través de la grieta originada por esta separación tectónica, creando un lugar en el mundo de belleza natural indescriptible, salvaje...
 
Y también sabía que si tenía que escribir sobre un viaje a Islandia podría caer en el tópico de darle al reportaje el típico fácil título de Islandia, hielo y fuego; o Islandia tierra de volcanes; que lo es, y describen perfectamente el país porque siempre se intenta relacionar el agua y el fuego, elemenos naturales indiscutiblemente protagonistas en la isla. Finalmente se me ocurrió titular Naturaleza salvaje, porque en Islandia todo es naturaleza, todo es salvaje. 
 
Lo que la naturaleza enseña 
 
Iba a titular este ladillo como «Lo que la naturaleza esconde», como la película que hoy precisamente se vende con DV, «Lo que la verdad esconde», pero Islandia no esconde nada, todo lo enseña e Islandia es ni más ni menos, lo que la naturaleza enseña. Hay países con paisajes de grandes contrastes e Islandia es uno de ellos. La variedad de paisajes que ofrecen sus sinuosas carreteras es verdaderamente espectacular, añadiendo a esa belleza natural los antojos de las cambiantes condiciones climatológicas. De repente la niebla que lo envuelve todo. Las nubes añaden a las montañas y acantilados que componen los fiordos un toque especialmente maravilloso.
 
Cualquier rincón de Islancia recoge un lugar, no se si decir indescriptible, pero sí, espectacular. Una cascada, un glaciar, un lago, unos icebergs, una montaña, un acantilado, un río de agua caliente, fumarolas, géisers, y más..., es todo lo que la naturaleza en Islandia enseña, porque está ahí, a la vista de los ojos que quieran volar a esa país, a ese paraíso natural que albergan sus 103.000 kilómetros cuadrados. Estas maravillas naturales se pueden ver. Hay que llegar a cada punto situado estratégicamente en cualquier recobeco de la isla. A algunos, quizás los más conocidos, se puede llegar en coche. Para conocer otros puntos igualmente o más espectaculares que los que están a pie de carretera o pista, hay que andar, mucho o poco, según se quiera, pero Islandia se vive más si se patea.
 
A todos estos puntos se puede llegar recorriendo Islandia en coche, a pie, en bici, en moto; habrá que andar o no, pero siempre encontrará algo que no le dejará indiferente. Islandia tiene más de 13.000 kilómetros de caminos de los cuales únicamente el 35% está asfaltado y el resto son pistas de ripio. Hay una carretera, la nacional 1 que circunda la isla. La mayoría de sus 1.337 kilómetros está pavimentada. Es carretera estrecha con dos carriles que se queda en uno al pasar por sus numerosos puentes. Así que si conduce por Islandia, como en cualquier parte del mundo, vaya con cuidado. El coche, si es un 4x4 mucho mejor, es algo muy recomendable para conocer los más íntimos parajes de Islandia. También hay mucha gente que lo recorre en bici, autocaravana y moto. Porque Islandia es eso, un país de contrastes y paisajes salvajes. Naturaleza en estado puro. 
 
Sensaciones de Islandia 
 
Naturaleza. Paisaje. Fuego. Agua. Hielo. Sol. Atardeceres. Luz. Día. No noche. Sol de medianoche. Penumbra. Aurora boreal. Noche. Oscuridad diurna. Lagos. Glaciares. Cascadas. Ríos. Senderos. Montañas. Mar. Horizonte. Playas. Arena. Fiordos. Volcanes. Explosión. Barro. Ebullición. Aguas calientes. Ríos termales. Focas. Ballenas. Ovejas. Vacas. Caballos. Frailecillos. Gaviotas. Aves. Lava. Negro. Nieve. Blanco. Cenizas. Nubes. Niebla. Lluvia. Tormentas. Viento. Frío. Calor. Hierba. Verde. Casas de colores. Tejados de hierba. Soledad. Iglesias. Granjas. Balas de paja... Son simplemente sensaciones que se sentirán si viaja a Islandia, un lugar donde la naturaleza se muestra en su estado más puro, más salvaje. 
 
Nombres impronunciables 
 
Islandia se puso desde el pasado mes de abril más de moda que nunca cuando la mañana del día 14 de ese mes de este mismo año, explotó uno de sus muchos volcanes, curiosamente por su nombre Eyjafjallajökull, un nombre que si ya es difícil de leer, fíjense ustedes lo complicado que puede resultar pronunciar. Porque Islandia tiene una nomenclatura en algunos nombres totalmente impronunciable. Había que ver esos días de finales de abril y el mes de mayo los partes informativos de cualquier cadena de televisión para ver a sus presentadores sudar y sufrir al intentar leer y pronunciar el nombre del volcán que acababa de explotar en Islandia. Algunos presentadores de algunos informativos muy conocidos, decidieron denominar al volcán de nombre impronunciable. 
 
Me falta la foto de fuego 
 
Según cuentan las estadísticas volcánicas de Islandia cada cinco años se da una importante erupción volcánica. Por lo tanto tendríamos que esperar a 2015 para que se produzca la siguiente explosión como la del volcán Eyjafjallajökull que reventó el pasado 14 de abril con graves consecuencias para el espacio aéreo europeo.
 
Si visita Islandia verá que aquello es un polvorín en potencia. Con sus aguas termales, géiseres, barro en ebullición, montañas con fumarolas, volcanes... Siempre que visito una tierra volcánica, quizás, inconscientemente, he deseado en mi interior más profundo, que explote algún volcán. Como me dijo un compañero de Redacción en DV, me faltan las fotos de fuego. Y verdaderamente tengo ganas de hacerlas. Pero para ello tengo que estar en el lugar apropiado en el momento adecuado. Y todavía, por mucho que lo he intentado y he tentado a la suerte, no ha ocurrido. Tiempo al tiempo...
 

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